El 11,1% de los españoles no pudieron «mantener su casa adecuadamente caldeada» en 2014. Estos 5,1 millones de personas, según un informe de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), supusieron un 40% más que en 2013. Esta realidad probablemente vaya en aumento, ya que según la asociación de consumidores FACUA entre enero y octubre de 2015 la factura de la luz ha subido un 6,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Para colmo de males, según un informe del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), encender la estufa o el brasero eléctrico supone el 46% del consumo energético de los hogares españoles.

Tanto si nos enfrentamos al duro invierno sin calefacción como si nos vemos obligados a racionar su consumo, hay algunos trucos que pueden ayudarnos a mantener la casa relativamente caldeada. Ángeles Castellano, de FACUA, considera que «una de las claves es tener buenos cerramientos tanto en puertas como en ventanas, ya que por ahí se va una parte importante del calor acumulado en la casa». Y si nuestras ventanas dejan pasar demasiado aire y no podemos cambiarlas, hay fórmulas caseras para que esto no suceda, como sellarlas con cinta adhesiva, papel de burbuja o mediante burletes.

QUE NO SE ESCAPE EL SOL, NI EL CALOR

Es vital atrapar el calor que nos proporciona el día. «Hay que aprovechar la luz solar y abrir las persianas y cortinas para que entre el sol. En invierno, con ventilar 10 minutos la casa es suficiente. De la misma forma, por la noche lo mejor es cerrar las persianas. También es importante cerrar las puertas de las estancias, especialmente en casas con pasillos largos y más de una planta».

Lo ideal es que la temperatura de la casa ronde los 20-21º C, «por debajo de 16-17 no es una temperatura aceptable —dice Castellano— y, si tenemos calefacción, ponerla por encima de 23ºC se considera un gasto energético excesivo. Si estamos sentados leyendo o viendo la televisión siempre podemos tener una mantita de lana a mano para estar más a gusto». Además, si tenemos calefacción, «es más eficiente mantener una temperatura constante de 20ºC que apagarla y encenderla todo el rato».

 

APROVECHA LO QUE TENGAS POR CASA

Es sabido que las alfombras son grandes aliadas, sobre todo si tenemos suelos fríos (mármol, baldosas…). Tampoco es desdeñable el calor del ejercicio físico. Si hacemos algo de deporte en casa (con una bicicleta estática, por ejemplo) activaremos la circulación y subiremos nuestra temperatura corporal. También debemos aprovechar —cerrando puertas, por ejemplo— el calor que desprenden los aparatos y electrodomésticos que tenemos encendidos en ese momento (televisión, horno o cocina).

 

¿Y TU? ¿CÓMO AHORRAS EN CALEFACCIÓN?

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